Soy: cuánta energía tienes para conversar el tema del día?
Yo: jaja. Me suena a pregunta chistosa.
Soy: debido a que el concepto del día es el de energía?
Yo: por un lado. Por el otro, me resulta gracioso, pues como hemos estado hablando en las últimas conversaciones, si bien escribir el blog es algo que está presente cada día en mí, no siempre tengo la energía viva para poder sentarme con toda la vibración para hacer el diálogo rápido y efectivo.
Soy: en la medida que esto resulte ser una obligación y no haya ganas de escribir, por ejemplo, no resulta conveniente que lo siguieras haciendo, pues esa no es la intención de toda esta charla.
Yo: no lo siento una obligación. Me hace bien escribir estas conversaciones. Ocurre lo que a veces les pasa a todos los seres humanos. Por más que se tenga la intención, ocurren infinidad de situaciones que nos sacan del momento, obligaciones, cansancio, falta de energía, entre otras cosas, que hacen que cualquier cosa que se deba hacer, en vez transitar un camino llano, parece tener que subir una pendiente tan pronunciada que el solo verla, te deja sin ganas de caminarla.
Soy: y bien dices, la falta de energía suele ser determinante en dejar de hacer cosas que pueden resultar muy beneficiosas para esos seres humanos.
Yo: hay días que pareciera que el entorno te saca toda la energía que tienes dentro. Quizá te despiertas muy activo, con mucha energía dentro, y a medida que pasan las horas, de un lado y del otro comienzan a sacar parte de esa energía que tenías dentro, y de pronto, te quedas exprimido como una pasa de uva, y resulta muy complicado recuperarla rápidamente.
Soy: como bien lo sabes, el Universo es movimiento continuo de energía, y como tal, ocurre lo mismo con lo que circula dentro de ti. Así como absorbes energía de tu entorno, el mismo recupera esa energía que le absorbes ó más, dependiendo de cómo puedas manejarlo.
Yo: y como todo estado vibracional, tenemos nuestros momentos altos y nuestros momentos bajos. En mi caso, mi ritmo circadiano, de estar alto, me permite hacer todo y más. Pero cuando está por allá abajo, la cosa resulta más complicada.
Soy: y qué haces para poder resolver estos entuertos?
Yo: por supuesto que la relajación y la meditación me resultan fundamentales para absorber energía. Estar unos minutos al sol, en momentos del día ya sea temprano o a última hora, para atraer esa energía insuperable, me revitaliza de manera increíble. También los abrazos me recargan un montón.
Soy: te agrego la risa, cantar, bailar o pintar. Cosas que te gustan y te relajan, también recargan energía.
Yo: si, también. Pero, cómo hacer para que no elimine tanta energía en ciertos momentos, por ejemplo con esas personas tan negativas que parece te exprimen todo lo que tienes?
Soy: si estás en equilibrio y en coherencia, no hay nadie que pueda exprimir tu energía. No podrán absorber aquello que no pueden tomar, pues tu equilibrio hará que el exceso de energía que liberes se compense con la energía que absorbas y viceversa. De esta manera, no es una cuestión del otro, sino de ti mismo.
Yo: entiendo. Nadie puede sacarme más de lo que circule por mí pues en mi equilibrio, todo fluye de manera armónica. El tema es que no resulta sencillo estar en armonía y equilibrio en todo momento.
Soy: sin duda. Si estuvieras en esa situación, ya no tendríamos estas conversaciones diarias. No experimentarías todo lo que estás transitando en este camino, y no estarías aprendiendo nada de esta tercera dimensión, pues todo ya habría sido trascendido.
Yo: sería muy aburrido
Soy: desde tu perspectiva de tercera dimensión, sería más que aburrido. Por ello, aprovecha todo este tiempo divino para dejar fluir la energía del Universo en ti, y aprovechando toda esa energía para trascender cada concepto por el que has venido a caminar este sendero
Yo: lo comprendo. Y pongo toda mi voluntad y energía en hacerlo
Soy: y verás que esa energía está dentro de ti como fuente inagotable y combustible de todo lo que hagas y te propongas hacer en tu camino de vida.
Invito a todos a ver el video de Matías con el tema del día