Soy: sientes que todo el tiempo haces algo?
Yo: siento que hago mucho, pero de la misma manera a veces siento que no estoy haciendo nada.
Soy: y te molesta
Yo: no sé cómo definirme. Pero me ocurre que a veces necesito liberarme de la presión de estar haciendo muchas cosas, y hago el intento de salir de toda esa presión recluyéndome en mí y dejar de hacer todo lo que hacía para necesitar sentir el no hacer nada.
Soy: y qué significa no hacer nada?
Yo: no se. Tirarme en el jardín a tomar un poco de sol. Escuchar música. Meditar. O mirar una película ó una serie a lo largo de una tarde de otoño, como ahora es en Buenos Aires.
Soy: pero eso no es hacer nada. Algo estás haciendo.
Yo: si, lo sé. Pero siento que no estoy haciendo nada productivo.
Soy: pero puede ser muy productivo para tu ser.
Yo: también lo se. No es productivo para este mundo occidental, hambriento de desarrollo y éxito económico. Obviamente pasa más por este disco impregnado en el interior del ser humano que tomar un descanso, despejar la mente y energizar el cuerpo, el alma y el espíritu no es tan productivo como enfocarse en ganar más dinero.
Soy: y cuando haces, qué sientes que haces?
Yo: hoy día reparto entre hacer cosas para continuar con mi desarrollo económico, en mi caso en el comercio exterior y la logística, pero también le dedico mucho de mi hacer a mi desarrollo personal, espiritual, a alcanzar el equilibrio, la coherencia, y el vivir en consciencia. Y seguir aprendiendo, integrando y trascendiendo mucho de lo que he venido a trabajar en este sendero propio.
Soy: y si hablamos de tu estar? Estás aquí y ahora?
Yo: estoy bastante en el aquí y ahora. No siempre, debo decir. Mi mente sigue volando. A veces se queda entrampada en situaciones que me desenfocan del aquí y ahora. Siguen brotando las emociones, y siento que no actúo de manera equilibrada pues no vivo el aquí y ahora como debiera.
Soy: tienes un error de concepto. El aquí y ahora lo vives siempre. Es lo que haces en el momento. Tu mente siempre va a estar yendo y volviendo del pasado, del futuro, y raramente se quede en el presente todo el tiempo. Por supuesto que el trabajo diario permite llevar a tu mente hacia la búsqueda del equilibrio y coherencia, pero el flujo de energías que el Universo nos brinda y este entramado de la red que hace que debas traspasar las corrientes que se atraviesan en tu camino, estarán allí todo tipo de situaciones que te llevarán a experimentar, integrar y a veces trascender cosas que has venido a trabajar. Así es la cuestión.
Yo: lo incorporo cada día. Y mi mente se aquieta más de lo que solía aquietarse. Aceptar que cada día ocurre lo que debe ser para poder trabajar los distintos conceptos, ser consciente de mis emociones, de mis actos, del por qué hago ciertas cosas y no otras, de cómo evolucionar y aprender a aceptar mis errores, a cambiar ciertos conceptos por unos nuevos, a poder sentirme feliz por cada cosa que me ocurra, sea buena, muy buena, ó no buena, desinfla un poco esa presión que tanto me cuesta disfrutar en ciertos momentos.
Soy: para eso están nuestros diálogos diarios. Para eso estás aquí y ahora. Para eso estoy guiándote en este camino.
Invito a todos a ver el video de Matías con el tema del día
Finalmente, aliento a cada uno a entablar la conversación con su propio Soy, escuchar lo que cada uno tenemos para decirnos. Nadie más que nosotros podemos resignificar nuestro propio ser