Las principales funciones de las raíces son la de anclaje (Horton, 1958), absorción de agua y minerales, síntesis de compuestos de nitrógeno y reguladores de crecimiento tal como ácido abscísico, citoquininas y giberelinas las cuales desempeñan un papel esencial en el crecimiento y funcionamiento radicular. Las raíces también pueden tener una función como sensor de estrés hídrico, situación ante la cual envían señales bioquímicas a la parte aérea.
El crecimiento eficaz de las plantas depende de la posibilidad de mantener un balance entre el crecimiento radicular y el crecimiento aéreo. A pesar de haber grandes diferencias según las especies en lo que refiere a la proporción entre ambos, en todos los casos forman una unidad absoluta e indivisible. Esta interrelación entre ambas tiene como consecuencia que cualquier afección que se produzca en una de ellas tiene irremediablemente cierta repercusión en la otra.
Cuando los árboles crecen en grupos, sus raíces se entrelazan de tal forma que generan injertos (Horton, 1958) naturales de raíz generando una increíble interconexión subterráneamente. En general las plantas tienden a producir más raíces de las que realmente necesitan para subsistir salvo en situaciones de extrema sequía. Sin embargo, el crecimiento radicular puede encontrar obstáculos que limiten su desarrollo: resistencia mecánica del suelo, escasa aireación, bajo o elevado pH, exceso de elementos tóxicos (ej.: aluminio) y competencia por la presencia de otras plantas. Los árboles que se encuentran en contenedores o cazuelas que reducen el espacio físico de crecimiento inhiben el crecimiento de sus raíces aun cuando se encuentren bien hidratados y bajo planes de fertilización controlada.
Las raíces de los árboles presentan un gran desarrollo. Poseen la capacidad de extenderse amplia y radialmente en cualquier dirección, frecuentemente por grandes distancias. El tener un sistema radicular extenso le permite mantener la estabilidad y abastecerse de agua y nutrientes, lo cual le exige al árbol establecer una íntima relación con el suelo que lo sostiene y lo rodea. Esto sólo puede llevarse a cabo a través de la producción de delgadas raíces (pelos) que amplían considerablemente el volumen de interacción raíz/suelo.
Invito a todos a leer el post de Matias con el tema del día
Finalmente, aliento a cada uno a reflexionar sobre el concepto del día. Nadie más que nosotros podemos resignificar nuestro propio ser