# 262 – YO SOY DISEÑADOR DE LA FILOSOFIA – YO SOY TRASCENDENCIA

MES – ARIES

SEMANA – FISICA

CHACRA – TERCER OJO

Comenzamos nuestro día en el chacra Tercer Ojo, en la semana física de la energía de Aries, y siendo la visión de contemplación, donde surgen las preguntas comenzando con “por qué”, se manifiesta la sabiduría en consciencia, y en el que ponemos nuestra intención, para convertirnos en diseñadores de la filosofía, y donde analizamos el concepto del día: Trascendencia.

Concepto que se percibe como lejano para el ser humano, pues salvo algunos que están en el camino de la evolución espiritual, la mayoría de las personas aquí y ahora, no están siquiera considerando transcender nada. Están más preocupados por su situación económica, por los problemas cotidianos, con la interacción de las personas a su alrededor, y sin la más mínima idea de poder, intentar o ser conscientes de transcender algo en su vida.

Si nos enfocamos en el significado de la palabra, trascender es sacar algo desde la oscuridad. Empezar a conocerse algo que estaba oculto. Por lo tanto, es difícil poder determinar qué significa la trascendencia espiritual.

Podemos preguntarnos, en principio, para trabajar este concepto, qué cosas están ocultas en nosotros que deben salir a la luz. Al menos las que tenemos presentes y en plena consciencia. Obviamente que nos resultará difícil poder hacer emerger lo que hemos enterrado, lo que olvidamos o desconocemos por miedo, temor o rechazo a verlo, aunque el verdadero trabajo consiste en poder sacar todo lo que está allí oculto, reconocerlo, y trabajarlo, trascenderlo.

Y aquí radica el enfoque de este concepto. Trascender significa sacar a la luz todo aquello que enterramos, que intentamos desconocer de nosotros, y traerlo a la consciencia, comprenderlo, saber por qué está allí, y al reconocerlo, perdonarnos, perdonar a otros, amarnos incondicionalmente, poner nuestra voluntad y perseverancia para trabajar en el día a día, en cada acto, aquellas cuestiones que nuestra esencia, y nosotros, sabemos debemos trabajar.

Comprendiendo que venimos a esta vida a trabajar todo lo que nuestra esencia dicta, y que no tiene que ver con la rutina diaria, con lo que ocurre en el mundo, con los problemas cotidianos, con las energías que fluyen, con la necesidad de dinero para sobrevivir, cosas mundanas y materiales, sino que tiene que ver con nuestro trabajo interior, con nuestro aprendizaje espiritual, con conocernos interiormente, con reconocernos desde nuestro centro, y no desde lo que los demás quieren que seamos, y desde ese trabajo interno, comenzar a trascender todo aquello que está allí enterrado, olvidado, dejado de lado por infinidad de pretextos y auto engaños que solemos hacernos para evitar responsabilizarnos de lo que somos, lo que hacemos y cómo accionamos.

Y demás está decir que al principio el proceso suele ser engorroso, imprevisible, aparece mucho barro, no suele gustarnos lo que vemos, y nos provoca ira, odio, congoja, rabia, enojo, llanto, entre tantas emociones. Pero, la necesidad de trascender cada tema, de sacarlo del lugar donde está enterrado, para trabajarlo, comprenderlo, y sanarlo, hace que todo valga la pena. Pues el lastre que no nos damos cuenta, tenemos en nosotros, resulta un peso que muchas veces nos resulta insoportable de tolerar, pero así seguimos, sin sacárnoslo de encima.

Y el tema aquí es que debemos despojarnos de toda moral, de todo prejuicio, y con todo nuestro amor, empezar a desatar todo lo que tenemos atorado en nuestro interior. Con amor incondicional todo renace, todo se fortalece y todo tiene forma de trascender.

El meditar resulta fundamental para encontrar el sosiego, para expandir nuestra mirada a los problemas que percibimos tenemos, a los errores que cometemos, a lo que no queremos ver de nosotros, lo que enterramos, pero que debe emerger para que la trascendencia sea real y efectiva.

Meditar cada día nos encuentra en nuestro centro, nos permite ser conscientes de todo lo que hacemos, y podremos ver quienes somos realmente, y trabajar aquello que comprendemos debemos pulir para salir del error, reconociéndonos errantes, pero con la voluntad e intención de transmutar nuestro error en algo positivo y bueno, tanto para nosotros como para nuestro entorno.

Es por ello que, en este día, honramos al diseño de nuestra filosofía, a la trascendencia de todos aquellos conceptos que hemos venido a trabajar, a la evolución de nuestro espíritu, y al reconocimiento de todo aquello que nos ayuda a esa expansión y trascendencia en nuestro camino de vida.

Finalizado el ejercicio, invito a todos a realizar la meditación del día